El Sol es una fuente de energía limpia, inagotable y gratuita. Su transformación en calor o electricidad se puede llevar a término en el mismo lugar de consumo, evitando
así depender de infraestructuras de terceros.
La energía solar térmica, que se obtiene a través de colectores solares, se utiliza para aplicaciones tan diversas como producir agua caliente sanitaria, calefacción o climatizar piscinas.
La energía solar fotovoltaica consiste en generar electricidad mediante paneles solares fotovoltaicos. Esta electricidad puede ser almacenada, consumida directamente a través de aparatos adecuados o transformada para hacer funcionar cualquier aparato eléctrico de uso cotidiano.
Para un consumo sostenible
Cada vez son más las personas que apuestan por un modelo energético diferente, basado en energía limpia y respetuosa con el medio ambiente.
Un consumo sostenible es aquel que satisface nuestras necesidades presentes sin comprometer nuestro futuro. Por eso es basa en el aprovechamiento de energías no contaminantes e inagotables: las nombradas energías renovables.
Ser usuario de estas energías no solo significa ahorrar en la factura del gas, gas-oil o electricidad, sino que supone un beneficio tanto para la sociedad como para el medio ambiente.
Presente y futuro
En nuestra vida diaria utilizamos constantemente energía. Desgraciadamente, el modelo energético establecido no es un modelo justo ni sostenible.
Actualmente, tres cuartas partes de los recursos energéticos se destinan a una minoría de la población mundial. Además, la reserva de combustibles fósiles se agota día a día, por no hablar de los numerosos problemas ambientales que conlleva su utilización: contaminación, calentamiento global del planeta...
Es necesario, en definitiva, avanzar hacia un modelo más equitativo y sostenible. Se trata de mejorar nuestro presente para preservar nuestro futuro.